lunes, 24 de noviembre de 2008

Resucitan los peinados antiguos

Ana Pizarro Jiménez (Madrid)
El peinado es una de las señas de personalidad de cualquier mujer. Es una forma de dar una imagen a los demás, “así soy yo y por eso así me peino”.

El cabello posee además carácter por sí mismo, unos son rizados, otros lisos, ondulados, lácios o muy rebeldes.
La estética en el peinado es sumamente importante ya que no todos los cortes se ajustan al tipo de pelo o al estilo de cada mujer.

Las tendencias actuales se inspiran en peinados de otras épocas. El famoso dicho “la moda siempre vuelve” se hace realidad en los peinados que invaden las calles.

El corte “Bob” que puso de actualidad la atrevida Victoria Beckham, tiene su origen en los años 60. Inspirado en la filosofía del “wash and go” se adaptaba a la perfección al cabo lacio por lo general de las británicas. Vidal Sasson fue el encargado de revolucionar este corte, de hecho, las propias parisinas, siempre a la última en tendencias, viajaban a Londres sólo para ponerse en manos de este peluquero.
Una de sus clientas destacadas fue la siempre cautivadora y dulce Audrey Hepburn.

Halle Berry protagonizó una de las escenas más sensuales del cine, cuando su escultural cuerpo salía del mar en la película que acompañaba al agente James Bond. Su corte a lo “garçon” no dejó indiferente a nadie, las mujeres querían ese corte que resultaba a la vez tan femenino, y los hombres anhelaban esa belleza racial.

Pero no fue la primera estrella del cine en atreverse a este radical corte. Una jovencísima Mía Farrow se presentó con ese “look” en su boda con Sinatra en respuesta a una de sus tan comentadas trifulcas.

Las medias melenas han sido siempre un clásico al que muchas mujeres han recurrido. Se han llevado en todas sus versiones: rectas, con capas, lisas, rizadas, con degradado, etc.
En la primera entrega de los Oscar (mayo de 1929) muchas de las 'celebrities' lucieron este corte marcando las ondas y decoradas con diversos accesorios para el pelo.

Los rizos creados con paciencia y a fuerza de bigudí los puso de moda Greta Garbo en el estreno de su primera película sonora y una presumida Marlene Dietrich siguió esta estela con bucles profundos en su película “Ángel azul”.

Menos perfeccionista era Katherine Hepburn que atusaba con brío su melena por los hombros, un tanto indomable.

Sin embargo, la reina de la media melena fue Marilyn Monroe. Causó furor su melena rubia y siempre perfecta. Se hizo indispensable en todas las peluquerías el servicio “lavar y marcar” con mucho golpe de laca y un buen cardado para dar volumen.

Pero para volumen, el que vino con el cardado y despeinado, fruto de la revuelta del 68. Tal y como estaban los tiempos, así se reflejó hasta en la forma de peinarse. La melena larga y salvaje se hizo protagonista de esa época, que culminó además con el movimiento 'hippie' de los 70.

El cabello se alargó hasta el infinito, con raya al medio y escasas capas. Era además indispensable aportarle algún tipo de adorno: cintas, flores, cuerdas, orquillas originales, etc.
Y precisamente la esencia 'hippie' es lo que ha primado en las últimas pasarelas, y por ello, incide directamente en la moda de la calle.

Dentro de poco, los cardados de los 80 volverán a seducirnos, igual que lo han hecho las tendencias del pasado, que se renuevan para lucirse en la actualidad.


Greta Garbo, Fergie y Diane Kruge


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